El muerto

 

 

Ignacio González, “Nacho”, robusto hijo del río,
en momentánea representación de todos

 

 

Oliva y bruno, abotagado
escándalo eres del encaje
que te engasta: sellas tu enfado,
te amohínas y abres al ultraje

sin enseñar a nuestro sueño
por qué te pesa tras el ceño,

o irisa el labio, como fruta
la última gota diminuta.


¡Quién conciliara con el verde
este verde: un mismo empeño
de forma, que aja, alisa y muerde!

 

 

 

HAP