(a la ex-esposa)
Bullicïosa nata:
de la jarra esparcía tu mano nieve nutricia;
arde en la taza hoy huérfano el eco y te delata.
Participio elocuente
del medrar de la flor, del verdecer de los muros,
sólo la derribada hïedra el patio miente.
Péndulo áureo: la arena
soñaba con alternas horas, alba encallada;
sonda un plomo sonámbulo hoy la noche y condena.
Fértil, íntima hazaña:
la arcada maternal de tus caderas;
ahora por las salas deambula una extraña.
La luz que se fundía
en la curva aquiescente de cortina y mantel,
jirona la amalgama de tu alma y la mía.