Breve interrogatorio al aura de la amada
La acrobacia del plectro en cada cuerda,
¿no cunde en paroxismo del oído?
La empiria del pincel, ¿no ha abolido
el alba abstracta en luz que la recuerda?
Con voluntad de forma, cada onda
doblega el soliloquio de las horas;
la margen se evade y atesora
el ansia unitiva en que se ahonda.
¿No arrullará tu sueño, sin resabios
y sin borde, un acorde, torrencial,
con la acribia nupcial de nuestros labios?
Flagras ausente, fluyes al contacto:
conoces la oculta catedral
que concilia en su ascenso éxtasis y acto.