Nonagésimo número…

 

a Pablo Baltzer, sumido en reflexiones sobre la infinitud

 

 

Nonagésimo número cumple en perspectiva
la sumisa asunción de ser parte, sin los fueros
de ajada fatuidad, de una mirîada que asila
sólo siempre en el vértigo, en el fulgor ajeno
que acrece en dialipétala corola, entropía;
incide así el desvío, sin nostalgia del centro,
la figura incesante de un sino torrencial:
ser senda y ser morada, ser meta y ser señal.

 

 

 

HAP