Octava alejandrina libre en la duermevela
Te sustrae el letargo al asilo prodigioso
y esquirla eres errante en otras magnitudes,
el miembro asombrado de un paisaje ajeno.
Cuando un imán civil migrando en el vacío
convoca a una nación de partículas deseosas,
tu nombre se inscribe siempre en otro nombre,
la figura dimite, el perfil cede, y concilia
con la sombra en el sueño la luz otra morada.