Acúfeno

 

 

 

La línea incisiva del siseo
asila el mar que insiste en ser oído:
rompiente insomne, asedio del sonido
a un yo impedido de eco en su apogeo.

Incandescente encaje del gorjeo
suspende una siringe en el vacío;
a un extraño destierra ya sombrío
y aísla en el dintorno del deseo,

por que aceche allí al silencio, confinado
en sí mismo. Mas no al de la calina,
remedo del Leteo: al del vado

de luz, en que la tarde se reclina,
transfija por el soplo enamorado
que revela, y abstrae, e imagina.

(hiende ahora una abeja peregrina
el aire que enardece su incesante
ambición de incidir, sin ser diamante.)

 

 

 

HAP