Como el ancla se hinca en un lecho en que no duerme
nunca el agua inerme,
como el destello astilla el aura de la llama
y es forma que reclama,
como persiste el soplo que sin cesar asila
en sueño la favila,
como sustenta el suelo, del verde, afán y ascenso
que tirita, suspenso,
así arde, punza, seda y apuntala
el sucesivo amor, por que crezcas en su escala.