[Andes neuquinos]
Donde la transparencia bautismal
del agua anega valles abisales
con lacia o crespa seda, con cristales
de una inversa y oculta catedral,
ciega la gestación de esta belleza:
por ígneos torrentes calma herida,
desde un hondo aposento voz oída
de la tierra, que arruga y atraviesa.
(De cámaras se alzó, gótico, el magma
y el fuego soterrado fue la nieve,
culmen de oroclinal o de un sintagma
que a inscribirse en las nubes se atreve,
cual labor de pespunte que reuniera
pasado y paraíso en cordillera.)