El sol llegó…

 

 

 

El sol llegó al cenit antes de hora,
de ominoso sopor despertó a Eros,
que en êones instantánêos, segundos duraderos,
psicopompo de un alma fue que añora

su lóbulo gemelo, hoja de ginkgo biloba,
y logra, en simetría enamorada,
durar, siendo una en dos, frente a la nada:
verdor paradojal, que nos concentra y arroba.

 

 

 

HAP