Imperioso punto
de encendida trama:
como un sol difunto
al suelo reclama
su huesa sombría,
el huésped insomne
su exigua estadía
que el cielo prolongue;
entre el astro errante
y la piel del pétalo,
viendo el fin delante,
de sí mismo huérfano,
sueña con durar.
Fue forma así el médano,
sin tener lugar.