La ajorca sin el brazo al que ceñía… [***]

 

 

 

(Al sumir en la desolación sus prendas la irreversible ausencia de la amada)

 

 

La ajorca sin el brazo al que ceñía
es gala infausta, par pendiente, en boda
por un rayo al acecho revocada,
una reliquia tenue de insinuación del día.
En margen inconstante el alma toda
se repite, mecida por la nada:
«La inapelable siega
es meta ineludible de la hierba.»
La sabe omnipresente,
y busca, sin embargo, su pareja:
«¿Qué he de consagrar, cáliz baldío,
más que viudez luciente del vacío?
—Define a la corriente
la persistencia en ser con que se aleja.»

 

 

 

HAP