Suceso repentino, destino anunciado
No el alud con que el súbito suceso
la vastedad sepulta imaginada
por el valle en azul; soplo que horada,
antes bien, e insinúa a lo ileso
que en nieve ineluctable su angostura
sucumbirá al abismo de la hora
–sudario que al ciclamen decolora,
silente– es el anuncio que clausura
la ilusión de espacio y permanencia
de la estrecha llanura que aprisiona
un eterno talud a cada lado,
donde nada acaece ni secuencia
un tembloroso pulso: se abandona
allí al todo el de forma despojado.