Sordo latido de secreto signo
es el que instila ritmo, un mar tácito en tu aliento,
intangible vaivén, tenaz intento
de mecerse y medrar, que encalla en veril maligno.
La claridad captura cada cosa
y cobra concïencia de sí cuando las nombras…
Vida: ¡sobria certeza de una lumbre entre sombras!
Pulsas y fluyes; doble, oscura margen te acosa.
Medimos, calculamos la edad de lo que vive;
desde el centro, principio o fin, otra perspectiva,
mas aferrados todos como la hiedra al muro.
A la edad de lo que ha muerto, ¿quién la circunscribe?
–Hacia atrás y adelante, una noche siempre viva,
ignorada en pasado, conjurada en futuro.