La sinüosa suavidad
de tu nívea epifanía,
la abolida gravedad
en zafírêas sedas del día,
¿sabe, erizado nuncio astral
que bajo un vórticelevitas, fénix de corolas marchitas,
quién te exhaló al éter caudal?
¿Conoce sus labios, la mano,
en que tembló cada vilano?…