Transitivo y fugaz, no mortecino,
en soplo y carne muelle dintornado,
tumultuosa conciencia opone al hado
tu empeño de demora y de destino.
Retornas por la senda en que camino
al mar que me repite, desdoblado,
y costa contingente es el nublado
para el naufragio exacto y convecino.
Traspones, abismándote, la linde
de la tierna certeza que figura
tu semblante al exergo en que se escinde;
y en la espiral el eco desmesura
la rompiente: asordina con el fin de
soltarse y ser, y así reintegra y cura.