Mi muy querido Chiclana,
recibí con mucho agrado
muestras de su apostolado:
‹tutor› lo sé de un arbusto
que verdea, y me da gusto.
Sextina Usted no corrige,
más bien encauza, dirige
con pedagógico afán
a quien las Musas le dan
en temprano verbo un dije.
¡Y en cuánto estimo sus coplas!
¡Rima grave, agudo, esdrújulo,
suma nubes en un cúmulo
estelar, enjambre ameno
–y en la loa me sofreno–
de criollísimos carbúnculos!
En fin, ¿qué opina, compadre,
pa´ no armar reyerta tísica
esta cuestión metafísica
plantear a la cofradía?:
«¿Qué cambia la noche al día,
además de la luz mística?»