mansas, ¿& no era ante 54
miramientos negros, más
mentir.
Porque era la revesa
esas
54
vacas pastando las inversas
de un papel
general, que velaba un igual
oro, a tientas,
su anagrama?
& se leyera, nubes, junto a
letras mansas
de la lluvia suya, nuestra
aún, si eran
54 conjeturas?
, que hemos
del
cardán de menta de abrazarnos
en el momento
de su muerte,
con más allá distintos
54 vuelcos
de sus cielos previos,
cuando no las hemos
ya mentidas
cuando ya las hemos
no cesadas
de ser
nosotros dos
mentidos,
& previo el
papel
cuando me há.