que nadie entonan su
borde
ni empavesa el
pregón
sino que comas lo gradúa,
como joyas,
un peso
siempre azul, ausentes
de estos blocks: uno
al partir, que se
llevaban
la nube de prueba
cargadas, –decía– para que
mejor vendamos
al llover aquellas joyas
torrenciales
en las
ferias
de un viento
anterior: que todos
al llegar, recita recogidos aquel
verde
comercios ya
acallado
en las
comas, que