Nota 1 a «La mano hojea…»

Escrito a poco de fallecer Francisco Campbell Leburn, un hombre mayor, extremadamente afable, antiguo socio de la firma de la que participé muchos años gracias a una pequeña herencia familiar. Cobré por Campbell un gran afecto. Solía ir a su casa de Fisherton a practicar inglés –hablaba él un hermoso inglés británico–; desde su fallecimiento, en 1982, perdí la capacidad de expresarme oralmente en esa lengua. El texto hace referencia a un libro que me prestó, y que guardaba con gran cariño: una lujosa edición de Shakespeare, recibida como premio en la década del 20, durante su secundario en el Merchiston Castle de Edinburgh («…ganada una vez en la otra tierra.»).