(Tres sonetos)
I
Variada, en la pura carnación
sin eficacia, tu estérea entrega
florece hacia la sombra que se ciega
con ubicuidad de ojos que no son
pues no hay explicitud para el blasón
que en reticular teatro delega
la sable diferencia que lo niega
a la atopía muda de la acción.
De gules será el aya, luz que asista
(hermética sutura, herida abierta)
al diminuendo de alas en la pista
de esa noche en que la noche acierta
como al blanco cantón donde la vista
te pierde viva y te recobra muerta.