Ser una diluida en el paisaje…

 

 

En la incesante audición del canto de las aves

 

 

 

Ser una diluida en el paisaje
y obstinada variación de sí,
ser pura alusión en el ramaje,
concentrado temblor del frenesí:

una aérea pincelada en la linde
que tu reinado gémino rescinde.


Descarga el universo en ti y condensa
su pulso que te cimbra y te tensa.
Orquesta aerófonaaedo retraído
la creación exhalas y el sentido.


Eres el haz de toda simetría:
la noche que en el alba se extasía,
la copa que se agita en el cielo
y su savia que asciende desde el suelo.


«¿Ha de permanecer en mí el secreto,
caja de resonancia tan pequeña
que, insistente y fática, se empeña, [*]
o descifrar mi trino es tu reto?»

 

 

 

 

 

CJS