Nota a «Dominica»

Uno de los pocos poemas humorísticos –quizá el único del período– que he escrito.

Surgió en una tarde de domingo, camino al ‹rancho› de Granadero Baigorria, al observar los cestos de mimbre ofrecidos por vendedores ambulantes en la rotonda antes de la cabina del control policial («La cestería en la rotonda…»). El verso final («boca de milonga») es una alusión a un nombre real de la peculiar toponimia de la isla: la «Boca de la milonga», frente a Baigorria, una entrada que solíamos frecuentar con la canoa.