Nota 1 a «Eras huidiza y gris,…»

El poema toca el tema de la animalidad (cf. Nota 2 a «Sacra privata») desde otro ángulo. Habíamos recogido con Gretel, mi compañera en aquel tiempo, una palomita montera encontrada en la calle, con seguridad arrojada tempranamente del nido por una tormenta. Se había acostumbrado increíblemente a nosotros; la «cachorrita del juguete cruento…», que trajimos de Alemania, era Holde vom Schwabental, una ovejera con la que, a causa de su no muy buen temperamento, nunca pude simpatizar demasiado.